Las grandes compañías de calzado rusas, como Zenden, Tervolina, Unichel, Econika, rechazaron los servicios de los fabricantes turcos. Tuvieron problemas con los productos turcos a fines del año pasado, a pesar de que el sector del calzado no fue sancionado oficialmente. En Turquía, las compañías rusas compraron hasta el 10% de sus volúmenes. Ahora ya están reemplazando los materiales y componentes necesarios con productos de China, Rumania, Brasil y otros países. Los expertos creen que la situación con el cierre de las fronteras turcas puede afectar el aumento del costo de los zapatos en el segmento de precios medios.
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